Cristina Maag: Intuición, emprendimiento y la búsqueda de la libertad

Cristina Maag: Intuición, emprendimiento y la búsqueda de la libertad

En un episodio reciente del podcast Open Box, conducido por Luis Miguel Díaz Granados y Diego Espín, Cristina Maag se sentó a compartir su historia. Conocida por muchos como una figura destacada en redes sociales, Cristina es mucho más que una “influencer”. Su vida, tejida con viajes globales, pérdidas profundas y una carrera emprendedora que comenzó con el blog Front Row, revela a una mujer guiada por la intuición y un deseo feroz de libertad. A continuación, exploramos los fragmentos más impactantes de esta conversación que mezcla vulnerabilidad, lecciones de negocio y reflexiones personales.


El éxito como paz y libertad

Para Cristina, el éxito no se mide en ceros bancarios. “Hoy, el éxito para mí es paz. No necesariamente tener más dinero, porque a veces más dinero trae más problemas. Es poder disponer de mi tiempo como quiera, no estar haciendo lo que me dicen 24/7, sino tener el poder absoluto sobre mi día”. Esta definición, que no requiere millones, sino control sobre su vida, marca el tono de una mujer que ha aprendido a priorizar lo esencial tras años de experiencias intensas.


La intuición que la trajo de vuelta

Cristina ha vivido en lugares como Dubai, China, Argentina y Suiza, construyendo una carrera ascendente como editora de una revista de moda en Emiratos Árabes. Sin embargo, un evento cambió su rumbo: la muerte de su hermano mayor en 2013. “Falleció en un accidente tras una crisis epiléptica mientras manejaba, el día del cumpleaños de mi mamá. Ese verano visité a mis papás en Ecuador y les dije: ‘Nunca voy a volver’. Mi papá, fumando su pipa, me contestó: ‘Nunca digas nunca’. Dos días después, en el avión de regreso a Dubai, supe que tenía que volver”. Esa intuición la llevó a pasar un año con su padre antes de que él también falleciera, un regalo amargo que transformó su perspectiva.

Esa misma intuición ha sido su brújula en los negocios. Al lanzar Front Row, su blog de moda, en un Ecuador donde el concepto apenas se entendía, confió en su instinto. “Educar a las marcas sobre qué era un blog y luego posicionar el mío fue un salto al vacío. Pero sentí que era el momento”. El resultado: un proyecto que llegó a emplear a 18 personas y a colaborar con gigantes como Chanel y L’Occitane.


Rompiendo tabúes: los óvulos y la maternidad

Uno de los momentos más crudos de la entrevista llega cuando Cristina aborda un tema personal y tabú: su decisión de no congelar óvulos a tiempo. “Postergué la maternidad por enfocarme en mis emprendimientos, y el estrés afectó mi reserva ovárica. Ahora, si quiero hijos con mis óvulos, necesito tratamientos invasivos. Quiero que las mujeres sepan: vayan al ginecólogo a los 20, 30 o 35, chequeen su salud reproductiva y congelen si quieren opciones”. Su mensaje es claro: la información es poder, y la libertad de elegir empieza con romper el silencio.


Lecciones de amor y relaciones

Cristina no esquiva lo personal. Habla de su relación actual con Juan Pablo, que lleva dos meses, destacando su lealtad y apoyo incondicional. “Me apoya sin sentirse opacado, algo que nunca había tenido”. En contraste, reflexiona sobre una relación previa que incluyó una ceremonia espiritual, pero no un matrimonio legal. “Sabía antes de esa ceremonia que no iba por ahí, pero me enamoré de la idea y no me eché para atrás. Aprendí que si todo cuesta demasiado, no es el camino, y que soy corresponsable de lo que permito en mi vida”. Esa corresponsabilidad, sin victimización, es una lección que aplica tanto en lo personal como en lo profesional.


Un modelo de negocio inesperado: Airbnb

En el terreno emprendedor, Cristina comparte un giro ingenioso con Airbnb. “Compré un apartamento en pandemia a buen precio, pero me di cuenta que endeudarse por años no era inteligente. En vez de eso, con $30,000 pagas la garantía de dos meses, alquilas, subarriendas en Airbnb y generas flujo de caja desde el primer mes”. Su marca personal le ha ayudado a convencer a dueños reacios. “Les digo: ‘Googleame, esta es mi cédula, no tengo denuncias’. Hoy soy superhost con ingresos casi 100% pasivos”. Este enfoque práctico refleja su habilidad para innovar sin perder de vista el cash flow.


Propósito: alzar la voz por las mujeres

El cierre de la conversación revela su propósito actual. “Quiero alzar la voz por mujeres que toleran situaciones por falta de recursos o información. Que detecten límites entre amor y amor propio. Damos y damos, y a veces nos manipulan con culpa. Terapia y conciencia son clave para no exponerse a lo que no deberíamos”. Este compromiso, nacido de sus propias experiencias, muestra su deseo de transformar vidas más allá de las redes.


Un empaque y un superpoder

Con un toque ligero, Cristina responde a preguntas finales. Si fuera un producto, su empaque diría: “Enamórate de mí”. Explica: “Cuando amas a tu cliente, no le ves defectos. Quiero que me vean así: sin peros, solo oportunidades”. Y su superpoder soñado: “Teleportación. Hoy, iría a estar con mi papá”. Una mezcla de pragmatismo y corazón que resume quién es.


Cristina Maag no es solo una emprendedora que ha navegado el mundo digital con éxito; es una mujer que ha convertido el dolor en propósito y la intuición en acción. Desde su infancia marcada por el rechazo hasta su presente como ciudadana global arraigada en Ecuador, su historia nos recuerda que la verdadera fortaleza está en asumir la responsabilidad de nuestras elecciones y encontrar paz en el camino. En el ring de Open Box, Cristina no solo compartió golpes; nos dejó lecciones para seguir peleando.

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