Julián Mora: Un emprendedor que usa el deporte para transformar vidas

Julián Mora: Un emprendedor que usa el deporte para transformar vidas

Julián Mora, quiteño de 37 años, emprendedor y apasionado por el fútbol, lleva una vida marcada por la resiliencia y el propósito. En un episodio reciente de Open Box, grabado el 12 de marzo de 2025, compartió su trayectoria: desde liderar Little Kickers, una franquicia que revolucionó el deporte infantil en Ecuador, hasta fundar Goles con Valores, una iniciativa que busca convertir el deporte en una herramienta de paz y educación. Entre éxitos, caídas y un sueño que trasciende el lucro, Julián nos habló de cómo la pelota puede cambiar el mundo. Aquí, los fragmentos más inspiradores de su historia.


Un arranque joven y sin miedos

Julián no esperó a tenerlo todo resuelto para emprender. “A los 25, renuncié a PricewaterhouseCoopers. Siempre fui un futbolista frustrado; el fútbol era mi sueño desde niño. Encontré Little Kickers googleando, una franquicia canadiense que enseñaba fútbol a niños desde los 18 meses. Con mi hermano, volamos a Toronto con $3,000 ahorrados, un poco de herencia de mi abuela y un préstamo de mis papás. Nos quedamos en la casa de la dueña, firmamos y arrancamos”. Ese salto al vacío lo llevó a construir un negocio que, en su mejor momento, trabajó con más de 1,200 niños al mes y generó empleo para 25 entrenadores jóvenes.


El éxito de Little Kickers: Más que fútbol

Little Kickers no era solo una academia; era un espacio de conexión. “Lo revolucionario fue llevar fútbol a niños tan pequeños, desde los 18 meses, con un enfoque familiar. Al inicio, era padres e hijos juntos, un bonding único. Luego creció a guarderías y colegios, complementando la educación con valores como disciplina y respeto a través de la pelota”. El proyecto llegó a Quito, Cuenca y Manta, ganó premios internacionales y se posicionó como un referente. “No era solo fútbol; era formar personas”, dice Julián.


El golpe de la pandemia

El éxito se derrumbó con la pandemia. “En 2019 estábamos en la cima, con listas de espera y planes de expansión. La pandemia cerró todo. Hicimos clases virtuales, pero no era lo mismo. Más de un año sin ingresos, los profes buscando otros trabajos, y en 2021, cuando se venció el contrato con Canadá, la nueva administración exigió regalías anticipadas que no podíamos pagar. Dijeron ‘no’ con frialdad, y se acabó”. El impacto fue más allá de lo profesional: “Sentía la responsabilidad por los franquiciados y entrenadores que confiaron en mí. Encima, mi esposa y yo perdimos un bebé. Todo se desmoronó”.


Resurgir desde cero

El deporte y la familia fueron su salvación. “Correr con mis perros fue mi chaleco salvavidas. Mi esposa, mis papás, mi hermano me sostuvieron. Volví a lo básico: reactivé La Canchita, una academia en un terreno familiar, y empecé de nuevo como entrenador. Los clientes antiguos regresaron poco a poco. También reabrimos una guardería con mi tía”. Para Julián, las caídas son parte del juego: “La vida te enseña que son aprendizaje, no finales. Si no le sudas la camiseta, falta algo. Si te dicen que eres intenso, vas por buen camino”.


Goles con Valores: Un propósito más grande

De las cenizas nació Goles con Valores. “En 2022, con mi exfranquiciado Santi, vimos que el fútbol infantil estaba contaminado por competencia tóxica: entrenadores haciendo trampa, padres insultando, violencia en torneos. Queríamos algo diferente. Empezó como charlas en academias para que los entrenadores fueran ejemplos positivos”. Hoy, como fundación formalizada en noviembre de 2024, su misión es clara: “El deporte no es solo ganar o perder; puede salvar vidas, unir comunidades, erradicar violencia. Buscamos que niños y jóvenes sean constructores de paz”.


La tarjeta blanca y un nuevo enfoque

Una de sus herramientas más potentes es la tarjeta blanca. “En torneos, el árbitro la saca para premiar buenas acciones: un niño que levanta a un rival, que admite una falta. Cambia la dinámica de castigar a premiar. También damos charlas en valores y gestionamos espacios de ‘violencia cero’. Queremos que los papás vivan su ‘bar de la afición’ —ver, animar, respetar— y dejen a los niños jugar”. Con el respaldo de Peace and Sports, una ONG de Mónaco liderada por figuras como Didier Drogba, Julián planea llevar esta metodología a barrios vulnerables de Ecuador.


Proyectos que inspiran

Goles con Valores tiene metas ambiciosas. “Retomamos ‘Un Golazo por la Inclusión’ con Fundación El Triángulo, llevando fútbol a niños con síndrome de Down que llevan tres años sin deporte. Con Peace and Sports, implementaremos un programa de constructores de paz. Necesitamos aliados; el programa en El Triángulo cuesta $15,000 al año”. Empresas como KFC, Cinemark y MM Refrigeración ya se han sumado, pero la visión es nacional: “Queremos cientos de niños que se identifiquen como constructores de paz”.


La raíz de su pasión

El propósito de Julián tiene un origen personal. “Mi abuela fundó un hospital para enfermos incurables y me llevaba de niño a ayudar. Eso me marcó. No vivo solo para mí; quiero que los niños con los que crezca mi hijo sean personas de bien. Si tuviera un superpoder, sería sanar almas rotas”. Su filosofía es simple pero poderosa: “El deporte me salvó, y quiero que salve a otros”.


Un mensaje para emprendedores

Para quienes empiezan, Julián tiene claro el consejo: “Busquen un mentor en quien confiar ciegamente. Asegúrense de que su idea sea factible, no solo un sueño; escuchen verdades incómodas. Y sean persistentes. No todos tienen el talento de Messi, pero con la constancia de Cristiano puedes llegar lejos”. En dos palabras, se define como “persistente y confiable”.


Julián Mora no solo ha sobrevivido rounds duros; ha transformado cada golpe en una oportunidad. Con Goles con Valores, sueña con un Ecuador donde el deporte una y eduque. “La vida es como un partido. Todos salimos a ganar, pero la clave es cómo lo haces. Goleemos, pero con valores”, cerró. Su historia es prueba de que la pelota puede ser mucho más que un juego: puede ser un vehículo para cambiar vidas.

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